Es licenciada y doctora en Música de la Universidad Hindú de Benarés, una Maestría en Música (medalla de oro) de Prayag Sangit Samiti, Allahabad y una maestría en World Music de la Universidad de Wesleyan, en Connecticut, Estados Unidos. Actualmente es profesora asociada de sitar en la Facultad de Artes Escénicas de la Universidad Hindú de Benarés. Como artista visitante ha impartido clases de música clásica del norte de India para graduarse y los estudiantes de pregrado en la Universidad de Wesleyan, así como seminarios y clases prácticas realizadas en la Universidad de Pennsylvania en los Estados Unidos.
Ha impartido numerosas actuaciones en la India, Australia, Holanda, Austria, Alemania, Suiza, Estados Unidos, Canadá, Sri Lanka, Nepal, Brasil y Argentina. En 1987 lanza su primer álbum, ‘’Ananda’’, de música clásica hindú con ella como líder. En 1996 participa de un disco compilatorio llamado ‘’Asia Music’’, el cual recopila gran cantidad de músicos en lo que seria un trabajo de música típica asiática.
Su segundo disco en solitaria seria el que les acerco en esta oportunidad, ‘’Circular Dance’’, lanzado en los EE.UU., por Celestial Harmonies Records, el primero de Enero de 1998.
Circular Dance es otro documento sonoro exquisito de la música clásica de la India, al estilo de ‘’Call Of The Valley’’, pero más moderno. En este trabajo, Krishna Chakravarty, expone su talento y sensibilidad al servicio de tres piezas clásicas dentro de lo que sería la música India.
Cuando hablamos de ‘’música de la India’’ enseguida lo relacionamos con los ‘’ragas’’ y al instrumento de cuerdas más conocido de esta música, el ‘’Sitar’’, pero la música, para la cultura oriental, tiene un valor mucho mas profundo y significativo. El raga, por ejemplo, es esencialmente una escala con una ascendente fijo y descendente de notas. Dentro de este marco se contienen enfoques específicos para ciertas notas y las expresiones musicales o frases que diferencian a un raga de otro.
Las tres composiciones que Krishna Chakravarty despliega son finas y muy personales, con un estilo más moderno pero siempre dentro de parámetros ancestrales, demostrando su alucinante dominio melódico, y su poder crudo que expresa en los momentos culminantes de cada raga.
Las piezas son extremadamente largas y a la vez complejas, (dos de 25 min. cada una y otra de 15 min.) ya que transcurren por varios estados de ánimo. Por momentos, y como característica que compete al sonido general, siguen un patrón básico, de tranquilidad y dulzura, que nace ya desde una complexión melódica potenciada y muy particular, como si se tratase de trazos de cielo plasmados musicalmente, los cuales funcionan a la vez como medio, base y guía, para que las melodías del sitar jueguen, se ahoguen y se entremezclen en una danza perfecta.
Pero a medida que avanza el raga, van alcanzando mayor intensidad y ahí es cuando el despliegue del sitar se vuelve un vuelo alucinante, con un color melódico muy hermoso, ejecutado con una velocidad y precisión impresionantes. El virtuosismo de la sitarista es notable, acompaña ascendentemente a la intensidad de cada pasaje, incrementando su complejidad de ejecución. Como por ejemplo en el segundo raga, ‘’Raga Lalit’’, en el cual aparece una ‘’tabla’’ (instrumento de percusión Hindú) acompañando al sitar, lo que le da un nivel de vertiginosidad cada vez mayor al sonido, en un raga el cual deliberadamente avanzan progresivamente en velocidad e intensidad.
Krishna Chakravarty también juega un rol importante al imponerse a ella misma como maestra del sitar, siendo de sexo femenino, ya que son muy raros los casos de instrumentistas femeninas destacadas, en la tradición de la música clásica del norte de India.
También participó en el compilado ‘’Dancing to the Flute’’, con música de la India. Esa trabajo fue encargado por la Galería de Arte de New South Wales, en Sydney, Australia, para una exposición en 1997, que conmemoraba el 50 aniversario de la independencia de la India.
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