Catherine Lamb habla en una entrevista sobre la experiencia y origen de esta música: ‘’El verano que llegué a Berlín, comencé a reunirme con Johnny en temas relacionados con la música y él comenzó a mencionar a una compositora de la que estaba aprendiendo, llamada Viola Torros. No entendí muy bien quién era hasta que empezamos a hablar sobre ella y la música que debía haber estado haciendo, y cómo podría haber sido su vida. Comenzamos a buscar sus fragmentos y los colocamos juntos, discutiendo lo que podrían estar indicando. Pronto quedó claro que no estábamos completamente seguros de su origen, ni siquiera de su período exacto de existencia, o dónde podría haber estado, o qué la habría influenciado. Creo que ambos empezamos a darnos cuenta de que había muchas incógnitas sobre ella. Sabíamos que ella existía, esta no era la pregunta para nosotros pero cómo todos estos fragmentos que estábamos encontrando hicieron lógica juntos y se convirtieron en nuestro trabajo. Desde entonces creo que hemos estado cuestionando muchos aspectos elementales de la música clásica, en nuestra búsqueda por encontrar los puntos nodales de sus exploraciones musicales. Obviamente, nos acercamos a la investigación con nuestros propios filtros o entendimientos, pero creo que hemos encontrado pequeñas aberturas hacia otras percepciones que podrían haber sido suyas. Parte del trabajo es que es importante imaginar una realidad diferente en el proceso. Cuando comenzamos a sonar los fragmentos por primera vez, estábamos mirando sus diversos materiales melódicos y viendo cómo parecían siempre coexistir con otros elementos que parecían contrarios a esos materiales. Así que recuerdo que estábamos sonando un tono juntos al principio, tratando de encontrar dónde las articulaciones de ese tono sugerían una melodía.’’
Johnny Chang: ‘’El trabajo en curso con Catherine en la presentación de fragmentos de Viola Torros ha sido una experiencia muy enriquecedora. A menudo, el proceso que hemos adoptado se parece bastante al de la arqueología experimental. Por ejemplo, se determina un área geográfica a través de la cual Viola T. pudo haber viajado, de la cual se extraen y referencian materiales musicales relevantes. Desde este punto de partida, podrían deducirse salidas creativas plausibles de Viola Torros, que luego se actúan o actualizan.’’
‘’Viola Torros’’, lanzado en 2018, es un disco doble compuesto por dos propuestas del mismo estilo pero de diferente índole, divididas respectivamente en los dos discos que componen el trabajo. El primer disco está dedicado exclusivamente para dos extensas composiciones de alrededor de cuarenta minutos cada una, dos exploraciones compositivas recreadas a través de una suerte de reconstrucción arqueológica con la que se logró recolectar ciertos fragmentos de la música supuestamente original de Viola Torros, fragmentos que se utilizaron uniéndolos como forma de ubicarse lo más fielmente posible a cómo podrían haber sido compuestos y predispuestos originalmente por la autora y en base a ello, Lamb y Chang, crearon (o recrearon) una serie de dos composiciones de profundas implicancias teóricas y suntuosas búsquedas de rastreo histórico y reconstrucción cultural, quedando como resultado un sonido supuesto, surgido del imaginario de estos músicos que, desde la visiones de la actualidad, reunieron los rastros y reconstruyeron una música perdida en el tiempo.
El resultado musical de esta experiencia es un sonido compuesto exclusivamente por el sonido del dúo de violas ejecutadas por Lamb y Chang, dos expertos en la materia de músicas vanguardistas académicas con exploraciones de interacción de tonos, contrapuntos, y experimentación con armonías y melodías, por lo que parecen ser los indicados para recrear esta música que es tan simple como la ejecución de dos viola al unísono interpolándose entre sí pero tan compleja como una extensa sesión de cuarenta minutos con exploraciones instrumentales tejidas con tonos superpuestos y contrapuestos en un juego a dúo por los músicos para crear una extensa red armónico-melódica de aire minimalista que intenta recrear algunas de las experiencias perdidas del vanguardismo en la etapa pre clásica; producto de la una profunda investigación histórica que obtuvo visiones significantes de fuentes actuales como de fuentes históricas de supuestas influencias étnicas que Viola Torros pudo haber tenido en su experiencia artística hace mil años atrás.
El segundo disco de este trabajo está compuesto también por dos piezas, pero esta vez repartidas en la autoría, la primera de ellas es ‘’Citaric Melodies III’’ (ejecutada por Suidobashi Chamber Ensemble y grabada en Tokio el 19 de Febrero de 2018) de Johnny Chang, y la segunda es ‘’Prisma Interius VI’’ (grabada en Berlín el 26 de Octubre de 20017) de Catherine Lamb. Siguiendo la línea plasmada al comienzo de la obra, los autores se reparten esfuerzos y continúan en un minimalismo instrumental, de sutil ejecución y plasmado en piezas de muy extensa duración que intentan desafiar la noción convencional de armonía y tempo y se despliegan en extensas composiciones, esta vez no solo interpretadas por violas sino apareciendo otros instrumentos como algunos instrumentos eléctricos como guitarras y sintetizadores; de todas formas la instrumentación continua siendo totalmente minimalista, a tal punto que no se logra detectar fácilmente de qué instrumentos se trata, cuál es su función y tampoco se puede escuchar a dichos instrumentos eléctricos sonando de la manera convencional cual la conocemos en el común popular sino que continúan siendo ejecutados en formas tímbricas minimalistas y delicadas, quedando la identidad de cada participante sutilmente disimulada en un sonido irreconocible y poco común para el convencionalismo académico.
Johnny Chang recuerda sobre sus composiciones: ‘’En el caso de Citaric Melodies , los músicos reciben algunos principios rectores, que se refieren específicamente a la flexibilidad individual. Las pautas son menos limitantes, sino más bien una invitación a considerar (y reconsiderar) la propia toma de decisiones con respecto a la creación de melodías, así como la escucha interactiva y la interpretación receptiva entre los intérpretes. Durante este proceso, surgieron muchas más preguntas, de las cuales hicimos ciertas y procedimos según fue relevante para los arreglos en los que estábamos trabajando: ¿Qué constituye una melodía? ¿Cuáles son los requisitos mínimos de tono (o rítmico) de una melodía para que salga a la superficie y se perciba como tal, “melodía”? ¿O es necesario algún requisito?’’
Catherine Lamb sobre su proceso de grabación: ‘’El sonido del sintetizador lo generan los micrófonos y los filtros. Lo ideal es que los micrófonos estén situados en el mismo entorno (o vecino) al que están escuchando los micrófonos, de modo que dondequiera que se produzca el material musical, el micrófono esté escuchando directamente afuera al mismo tiempo. Dependiendo del espacio particular y la situación donde se lleva a cabo la actuación, este concepto a veces ha sido cuestionado. Por ejemplo, en espacios muy aislados, o espacios sumergidos dentro de edificios que están bastante separados del mundo exterior, ha habido ocasiones en las que he tenido que utilizar grabaciones relativas para el sintetizador. Pero creo que es importante que todavía exista alguna correlación con el espacio de escucha. Entonces, por ejemplo, la grabación debe realizarse cerca del espacio de actuación, o en un momento similar, o dentro de la memoria del oyente, de alguna manera. Encontrar la atmósfera circundante. Mi pregunta con el sonido exterior es cómo examinar nuestros límites con respecto a la escucha filtrada, o hasta dónde podemos filtrar nuestro entorno y encontrar un hilo infinito. De modo que si uno escucha un avión en el aire, esta curvatura se corta directamente, al mismo tiempo, en el sonido del sintetizador. De esta manera, lo que esté escuchando el micrófono se filtra directamente en el material de la pieza musical, encajando espectralmente en, en este caso, lo que está haciendo Johnny.''